En 1912, Estocolmo vio el nacimiento espectacular de los 5.000 metros masculinos en los Juegos Olímpicos. Hannes Kolehmainen, el corredor finlandés de piernas veloces, y Jean Bouin, el francés intrépido, protagonizaron un duelo titánico, pulverizando el antiguo récord mundial en 25 segundos. La victoria se inclinó, por escasos 0,1 segundos, hacia Kolehmainen. Seis años después, tres de los seis valientes corredores de esa carrera yacían muertos, todas víctimas de la Gran Guerra.
Los héroes caídos
Jean Bouin, medallista de plata y primer corredor de gran distancia de Francia, cayó bajo el fuego amigo apenas dos años después de su hazaña olímpica. George Hutson, medallista de bronce y esperanza británica del fondo, perdió la vida en combate cinco semanas después del estallido de la guerra. Alex Decoteau, el sexto clasificado y orgullo de las Primeras Naciones de Canadá, encontró su destino en la batalla de Passchendaele en 1917.
Cuando la guerra cesó en el día del Armisticio, el 11 de noviembre de 1918, alrededor de 40 deportistas – olímpicos de atletismo estaban entre los millones de fallecidos. Representantes de naciones diversas como Gran Bretaña, Francia, Canadá, Alemania, Australia, Hungría, Nueva Zelanda, Serbia e Irlanda, quedaron sepultados en el olvido del centenario del conflicto.
Noël Chavasse, único hombre con dos Cruces Victoria murió por heridas en la batalla de Passchendaele. Wyndham Halswelle, ganador olímpico de los 400 metros en 1908, y Henry Macintosh, del equipo británico de relevos 4×100 metros en Estocolmo, perdieron la vida en la segunda Batalla del Somme.
Alfred Flaxman y Henry Leeke, dos luminarias del atletismo británico perecieron en el frente. Kenneth Powell, estrella de Cambridge en atletismo y tenis, compitió en los Juegos Olímpicos de 1908 y 1912, destacándose tanto en las vallas como en las canchas de tenis antes de perder la vida.
Hanns Braun, medallista olímpico alemán, falleció en una colisión aérea sobre Francia. Jimmy Duffy, ganador del Maratón de Boston de 1914 y participante en los Juegos Olímpicos de 1912, pereció en Bélgica en 1915.
Atletas que anhelaban la gloria olímpica
La tragedia de la guerra arrebató a estos jóvenes, fuertes y valientes, cuyos nombres quedaron grabados en la memoria del conflicto global. Eran atletas que anhelaban la gloria olímpica, pero el destino les tenía reservada una batalla más cruel. Sus victorias se forjaron en los estadios, pero sus vidas se extinguieron en las trincheras. Un recordatorio perenne del trágico costo de la Gran Guerra que no solo calló los cañones, sino también las voces de los héroes olímpicos.
Datos importantes
• Los héroes olímpicos caídos: Algunos de los atletas que perdieron la vida fueron Jean Bouin, medallista de plata y primer corredor de gran distancia de Francia; Noël Chavasse, único hombre con dos Cruces Victoria; y Wyndham Halswelle, ganador olímpico de los 400 metros en 1908.